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ORIGEN DE OTRAS FRASES

ORIGEN DE OTRAS FRASES
“Andar hecho la mocha”

Situémonos en los tiempos en que los ferrocarriles acababan de llegar a México. Las locomotoras eran enormes e imponentes, pero quien diga que el tamaño no importa está muy equivocado. Su peso era su talón de Aquiles, pues las volvía lentas y poco prácticas para ciertas labores. Poco tiempo después llegaron locomotoras más pequeñas, destinadas a cumplir labores locales dentro de las estaciones. No tenían las filas enormes de vagones como las otras, por lo que eran mucho más rápidas. Estas locomotoras “mochas” dieron origen a la frase “ir hecho la mocha”, o sea, ir de prisa. 
"Dar gato por liebre"




Aunque Tepito se pinte solo para la piratería, este fenómeno no nació en el Barrio Bravo ni es exclusivo de nuestros tiempos. La frase “dar gato por liebre” es una referencia constante en las obras literarias del Siglo de Oro en España, siendo Quevedo uno de los autores que más la usaban. Esta frase se empleaba porque en las hospederías o mesones, con tal de ahorrarse un dinerito, a veces se usaba carne de dudosa procedencia, llegando a reemplazar el conejo o el cabrito por carne de gato.

Para tranquilizar a sus comensales, los dueños de los establecimientos recitaban en la mesa el siguiente conjuro: “si eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta al plato”. Y como la carne nunca saltaba, se daba por sentado que no era carne de gato. ¿Cómo la ven desde ahí?

"¡Aquí hay gato encerrado!"
Ya que andamos gatunos, la frase “aquí hay gato encerrado” tiene un origen curioso. Aunque nos imaginemos a un simpático felino siendo víctima de encierro, la palabra “gato” en ese dicho se refiere a un bolso donde se guarda dinero, el clásico costalito de monedas que vemos en las películas que retratan la Edad Media. Cuando la gente quería viajar con un dinerito sin ser asaltados en los caminos, cosían estos bolsitos con dinero en alguna parte oculta de la ropa. Cuando este bolso secreto era descubierto se decía “aquí hay gato encerrado" y el pobre dueño era despelucado de sus moneditas.
 “Sepa la bola”
Esta frase surgió en los tiempos de la Revolución Mexicana. Aunque los ideólogos de este movimiento eran en su mayoría clase medieros, en los levantamientos callejeros había de todo, campesinos, mujeres encabritadas, militares... A este grupo tan dispar se le conocía como “la bola”, una bola de gente bien diferente que lo único que tenía en común era querer tirar la dictadura de Porfirio Díaz (Don Porfis, pa’ los cuates).
Cuando había destrozos o saqueos y no había a quién echarle la culpa, la gente simplemente decía que había sido “la bola”. Desde entonces decir “sepa la bola” es una manera de expresar “a mí ni me veas, yo qué” cuando alguien pregunta quién es el responsable de algo.

“Un ojo al gato y otro al garabato”

En los viejos tiempos no habían refrigeradores, mucho menos las maravillas de hoy que hasta "hielitos" hacen. ¿Cómo conservaba la gente sus alimentos frescos? En el caso de las carnes, se preparaban embutidos que aguantaban más el proceso de descomposición. Estos embutidos se colgaban en fierros conocidos como “garabatos”.
Antiguamente todas las casas contaban con al menos un gato, que era la manera más sencilla de mantener a raya a los ratones. Sin embargo los felinos solían treparse a los garabatos para atascarse los chorizos de la casa  por lo que había que estar "con un ojo al gato y otro al garabato".


Para que consultes otras frases más:

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